El espino es una metáfora alegórica de todos los sentimientos de desesperanza históricos, contemporáneos, objetivos o subjetivos, los desalientos sociales o personales, las injusticias sociales, los conflictos bélicos, los desastres medioambientales…

 

Desde esa conmoción brota vida en forma de flor. Es la flor del espino nacida desde la inhospitalidad pero que evidencia el ansia de superación. Una bella y delicada metáfora visual de cómo, incluso en la más profunda oscuridad, hay motivos para la esperanza

 

Así se conforma el cartel de la exposición. Sencillo, muy visual y cargado de significado

 

Como ya lo hiciera ‘RemembranZa’ en el año 2001, el título otorga una especial relevancia a través del color a la última sílaba de la palabra, como complicidad hacia aquella edición y a la ciudad, la provincia y la diócesis que la acoge.